¿Cómo relajar al “modelo”?

shutterstock_435391912reducida

¿Sabéis lo que es intentar hacer fotografiáis a un palo de escoba y pretender que éstas salgan estupendamente bien? Pues eso es lo que yo llevaba viviendo ya casi un mes hasta que tuve la idea más brillante que he podido tener en estos años de fotógrafa aficionada.

Hay personas que siempre aconsejan dejar las fotos de la boda a profesionales, y no se equivocan. Ellos tienen mejores cámaras, mucha experiencia y, si topas con alguno de verdadera vocaciones, encontrarás también a personas que tienen un pequeño don para captar la magia de un instante. Pero cuando el dinero aprieta y empiezas a ver los precios de algunos de esos profesionales es posible que te eches las manos a la cabeza y decidas optar por pedirle el favor a ese amigo/a o familiar aficionado a la fotografía que se compró una muy buena cámara el año pasado.

Pues bien, eso es lo que me ha pasado a mí con unos amigos que se casan el próximo agosto y que me han pedido que les haga un reportaje pre boda, un reportaje de boda, y un reportaje post boda. El pack completito y barato, barato…. ¿sabéis lo que cobro? Una comida en cada sesión para no morir de inanición mientras viajamos a diferentes pueblos costeros con encanto para conseguir paisajes únicos que en la capital sería imposible.

Pues bien, vivimos en Alicante, una provincia con pueblos preciosos, y hemos salido a hacer fotografías a Guadalest, Altea, Villajoyosa, Villena, Banyeres de Mariola, Alfaz del Pi y Denia pero ninguna de las fotografías tomadas vale la pena y ¿sabéis por qué? Pues porque la novia, mi amiga, parece que se haya metido un palo por el culo, literalmente. Aparece en todas las fotografías tiesa, con sonrisa forzada y, lo mejor de todo, ojos extraños. Así, como lo leéis: ojos extraños. Medio cerrados, demasiado abiertos, medio bizcos… y mejor no mirarle las piernas porque parece un pato mareado. Con el novio no tengo quejas, pero ella…. Tela marinera.

Una escapada muy especial

Tras mucho pensar y no saber cómo solucionar el problema de la modelo se me ocurrió llevármelos a algún sitio donde pudiéramos vivir un experiencia con amigos, donde se relajaran y disfrutaran del momento olvidándose de que yo estaba por ahí con una cámara en la mano y, tras mucho mirar, acabamos en el Cortijo El Sapillo, con mi novio y dos parejas más. Ocho personas en total disfrutando de un fin de semana rural en el que hicimos espeleología, senderismo, subimos en globo, nos lanzamos de una tirolina e incluso pudimos mostrar nuestras nulas dotes en hípica. Fue una escapada rural donde conseguí que la novia se olvidara de mí y me viera como una amiga más haciendo fotos del viaje y , increíble pero cierto, ahora tengo unas imágenes preciosas de los dos juntos, y por separado, montados a caballo, sobrevolando el cielo en el globo, con precioso paisajes y dentro de cuevas mágicas que jamás habría imaginado que podría tener con ellos.

Puede que yo no sea profesional, puede que la calidad de la imagen que yo les voy a ofrecer no sea la misma que la que conseguirían con un fotógrafo que se llevara a las sesiones de reportajes focos, distintos objetivos y mil cosas más pero probablemente nadie se habría tomado la molestia que yo me tomé para hacerles las fotos, ni se habría ido con ellos de viaje unos días, ni les habría dedicado tanto tiempo. Lo que no sé es adónde me los voy a llevar para el reportaje post boda… se me agotan las ideas… ¿quién da más?

shutterstock_435391912reducida

Suscríbete a nuestro boletín