La fotografía como arte que es, está abierto a todos. Sus interpretaciones son amplias y cada uno puede ver o sentir lo que quiera. Y algo así me pasa a mí. Aunque suene raro busco la inspiración en las puertas. Es una manía que tengo desde siempre, lo hago con puertas normales de casa, pero sobre todo con toda las puertas de garaje que veo, tipo estas puertas automáticas, porque me hacen pensar mucho en todo lo que hay detrás.
Son elementos cotidianos que puedes encontrar en tu día a día. Muchas veces pasan desapercibidos, pero sin duda, hay muchas historias detrás. A mí las puertas me gustan mucho, buscó detalles, juego con la luz, con el encuadre. Y sobre todo me hace abrir la imaginación. Le podemos sacar mucho partido, porque son fáciles de encontrar. Con un poco de esfuerzo podemos lograr capturas muy interesantes, tanto en puerta de garaje como en las de las casas.
Me gusta mucho las puertas antiguas, yo creo que porque me recuerdan a las de mi pueblo, una localidad pequeña en Valladolid, llamada Matapozuelos. Intento explorar un detalle para el recurso de fotografía abstracta. Los reflejos, como simple observador de su forma, de sus líneas, puedes ver cómo hay mucho para sacarles partido.
Una puerta puede mostrarse muy diferente dependiendo de la luz que tenga en cada momento. Por eso tenemos que estudiar las fuentes, valorar la perspectiva, la distancia y cómo aprovechar la luz para potenciar colores, texturas y formas. Siempre la luz natural es el mejor recurso. Por eso hay que calcular la hora del día y la distancia. Mi recomendación es hacerlas a primera hora y al atardecer y mejor si la fuente de luz es lateral.
Cómo no distraerse
Cuando fotografías una puerta o ventana hay que recoger bien el contexto. A veces puede ser un buen punto para añadir interés, pero también puede significar introducir elementos de distracción. Me refiero a que tenemos que acercarnos lo suficiente y eliminar todo lo que distraiga la mirada de la misma. Aquí os dejo consejos para hacerlo.
Lo que no podemos es quedarnos en la monda, en el recurso fácil, que hagamos fotos porque sea una puerta vistosa o llamativa. Por eso tenemos que estudiar los detalles, lo que les rodea. Hay que probar distintos ángulos, perspectiva, para darle énfasis. Prueba a ir anotando las que nos encontremos cuando pasamos junto a ellas y valorar cuándo y cómo vamos a fotografiarlas más tarde. Vamos a estudiar los detalles, lo que la rodea, porque si es como en mi caso, puedes encontrar la inspiración donde menos te lo esperas.
Lo que tengo claro es que las puertas y ventanas dicen mucho cuando las observas detenidamente. Ahora también me gusta mucho ver las puertas de garaje, porque se puede conocer mucho de ese piso, o de ese bloque de vecinos. Os animo a que os pongáis a mirar, y seguro que algo saldrá. Sobre todo historias, o como me gusta a mí decir, la famosa intrahistoria. Si estás interesado en saber más sobre fotografía, puedes apuntarte a un curso porque seguro que aprendes mucho.