“¿Fotografía de bodas? ¡Qué cosa más aburrida! ¿No preferirías fotografiar cualquier otra cosa? Niños, paisajes, noticias, publicidad….” No sabéis la de veces que he tenido que escuchar esa frase en los labios de la gente cuando digo que soy fotógrafo de bodas y yo siempre pienso lo mismo: no tienen ni idea. Para mi es el trabajo más divertido que puede haber en el mundo, entretenido y encima con fiestas ¿qué más se puede pedir? Eso sí, hay que ser creativo para esto porque las fotos tradicionales ya no se llevan.
Para mí, uno de los mejores fotógrafos de bodas es fjsirvent.com, un fotógrafo profesional que hace verdaderas maravillas con el objetivo y las parejas. Tiene magia en los dedos y eso es algo que no se aprende, o se tiene o no se tiene, es así de sencillo, y él no sólo tiene ese don sino que además sabe utilizarlo. Es capaz de crear fotografías únicas utilizando el mismo paisaje y los mismos adornos, y eso es porque sabe darle ese toque especial a cada imagen. Aunque obviamente para gustos los colores e imagino que si le preguntáis a otro profesional os dirá que es fan de la fotografía de otra persona y así sucesivamente. Pero es que yo a este chico le he visto hacer poesía con las imágenes.
Yo, que intento no quedarme atrás, busco siempre también ese toque especial y, aunque no se me ocurriría compararme con Francisco Javier Sirvent, sí intento estar a la altura.
Como ya he dicho, en este mundo lo que prima ahora mismo es la originalidad y la creatividad y creo que todos los fotógrafos deben estar de acuerdo conmigo, pocos serán los que no lo estén. Cuando una pareja te busca como fotógrafo de bodas no busca al mejor (que también) busca a alguien creativo, original y barato (eso por supuesto) que sepa darle algo de brillo a cada instantánea.
Algunas Ideas
En Internet podemos encontrar algunas fotos verdaderamente originales, divertidas y alguna que otra que es mejor no mirar si no quieres tener pesadillas, pero eso es bueno, porque de lo malo también se aprende.
Últimamente se lleva mucho eso de hacer fotos a los pies descalzos de la pareja, o a los zapatos de boda de ambos unidos de alguna manera, o jugar con el escenario buscando la comicidad. Dependiendo de la época del año en la que te encuentres puedes jugar con las flores, las hojas secas o incluso con Papá Noel si se casan en diciembre. Tampoco es mala idea jugar con las poses: alejarte de lo más artificial que, a la vez es lo más tradicional, suele ser un acierto. Yo he hecho fotografías de la pareja saltando, jugando en la arena de la playa, cogiéndose en brazos e incluso cayéndose.
Tampoco es mala idea jugar con los invitados el día de la boda si ves que estos se prestan a ellos. A veces salen imágenes muy graciosas y bonitas de recordad que a pesar de no estar ensayadas son todo un acierto.
En una ocasión metí a la novia vestida con su traje perfecto y su precioso maquillaje en una piscina pública y le pedí que diera una vuelta a la piscina mientras todo el mundo allí presente la miraba alucinados. Unos reían, otros la señalaban, un niño se le acercó a preguntarle que con quién se casaba… y mientras ella reía y reía muerta de la vergüenza y divertida, así que salieron unas fotos preciosas y realmente originales.
Si la pareja tiene hijos o animales domésticos (no es una comparación) también es buena idea jugar con ellos en el reportaje preboda. Hacerlos posar con ellos, jugando o riendo por cualquier cosa suele dar una imagen preciosa.
Tal vez le mejor consejo es que evites lo tradicional y que pidas lo que se te pase por la cabeza. Los novios siempre estarán ahí para pararte los pies si no quieren hacer algo pero tú debes pedírselo para conseguir la imagen perfecta.